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domingo, 7 de agosto de 2011

Capitulo 10

Graciias a Todos por esos Bellos comentarios :D :D Aqui les dejare unos cuantos capítulos...No olviden comentar y seguirnos @SaposyDiamante y en Facebook http://www.facebook.com/pages/Entre-Sapos-Y-Diamantes-Amanda-Barrios/184075391646843?ref=ts Les Mando un besot... Cuidense (: by: Amanda Barrios, la autora $: 


Capitulo 10:



Esa mañana me levante con una jaqueca terrible. Había tenido una pesadilla de lo más traumática. Había soñado que Bastean y Britt iban juntos al baile y… esperen un momento, eso no era una pesadilla, era la cruda realidad. El reloj daba las 6 am, si salíamos en torno a las 7:30 llegaríamos a eso de las 10, el tiempo suficiente para recorrer cada tienda, tomar un rápido refrigerio y regresar por el vestido ganador, y tal vez llegar temprano para cenar en casa. Valery estaba roncando muy fuerte, Kate le dió un manotón a Cloe en la cara, pero esta ni se inmutó. El suelo de la habitación estaba lleno de colchones y sabanas, la cama le pertenecía al Sr. Moon que estaba estirándose sobre el edredón morado con dorado. Yo estaba en el balcón, mirando como tonta al balcón superior solo para… ¿Qué me pasaba? Nunca me había comportado de esa manera. Pero nunca había convivido con un chico que… ¿me gustara? Si, si me gusta, pero también me ponía los nervios de punta, me hacia enfadar, me hacia feliz y… ¿No era así como se sentía estar enamorada? Tal vez.

Creí estarlo una vez. Gregory Harrison había sido lo más cercano a la perfección. No solo era el chico más hermoso que había visto. Su cabello negro como la noche y sus ojos oscuros eran lo que me había llamado la atención desde un principio. Su porte de chico malo era la principal razón. Era inteligente, atlético y dulce, o eso pensé. Salí con él unas dos semanas, había sido como un cuento de hadas. Me llevaba flores y me buscaba en mi casa aun cuando tuviera auto, era detallista y nunca dejo de llamarme una noche. Solíamos pasarla hablando por teléfono, hasta después de colgar seguíamos mandándonos mensajes de texto. Cuando fue nuestro primer mes no cavia en la alegría, estaba tan feliz que nunca imagine lo que pasaría después. Quería ser yo la que lo sorprendiera a él, así que fui a su casa y lo espere a que saliera. Espere durante un hora en el frente, solo para darme cuenta que la dirección era falsa, me moleste al principio y me fui enojada, pero solo unas calles más adelante lo vi caminando. “Tal vez iba saliendo de casa” pensé en ese momento “No te ah mentido” él doblo una esquina y se metió por un callejón donde una pelirroja estrambótica lo esperaba. La mujer era… bueno ya sabrán lo que era. Con todo ese cuero negro y rojo, su cabello rojo fuego al igual que sus labrios. Gregory tomó a la mujer de la cintura y le dio un apasionado beso. Sentí vértigo, nauseas, asco y todo lo que se podía sentir en aquel momento.

Me había engañado, sí, y nada más y nada menos que con una mujer de la mala vida, ¿o debería decir buena vida? Claro, pensé divertida y furiosa, ella le daba algo que jamás le daría. Algo que guardaría para mí y jamás entregaría a nadie como él. Pero había entregado la parte más vulnerable de mi ser. Mi corazón. Y Gregory lo había estrujado, arrojado al suelo y escupido después. Nunca se lo perdoné. Se lo eche en cara y aun así lo negó, no soportó verse descubierto. Una semana después se corrió el rumor de que él me había dejado y que se mudaría porque yo era una perra. Me deprimí de la manera más patética. Salí, me embriague, falté a la escuela ¿y todo porque? Por esa basura. Después de eso juré no entregar mi corazón tan tontamente, y ahí estaba yo, esperando que Bastean apareciera por el balcón, tal como Romeo esperaba a Julieta. Pero su puerta estaba cerrada. Tal vez seguía durmiendo. Mis mejillas ardieron. ¿Estaría soñando? ¿Cuál sería su sueño?

-¿Mía? – Cloe se asomó por la puerta de mi balcón.

-¿Sí?- el aire del interior era frio, por lo que al contacto con mis mejillas sonrojadas sentí un leve escalofrió.

-¿Qué haces aquí?-pregunto mientras se frotaba un ojo y se desperezaba. Cloe apoyó su cabeza en mi hombro- tengo sueño, ¿es necesario ir tan temprano?- se quejó.

-No, pero si queremos conseguir un vestido hermoso tenemos que salir temprano. ¿Las chicas ya se despertaron?

-Valery esta pateando a Kate, ella no se quiere levantar. Las sabanas están mojadas por el agua fría y ella aun no se despierta.- una pequeña risita provino de la parte superior. El sonrojo regreso. Miré hacia arriba y unos hermosos ojos esmeraldas me devolvieron la mirada. Bastean tenía el cabello desordenado, bajo los débiles rayos del sol parecía del mismo tono dorado que este, como la aureola de los ángeles, pensé. Tenía un pijama azul rey de un caro material, ¿seda? Me había preguntado como seria verlo por la mañana, y como una aparición divina él llego a nuestro encuentro, aunque fuera a un balcón de distancia.- ¿Te despertamos?

-En realidad no- dijo en tono despreocupado- estoy despierto desde hace un buen rato.- luego sonrió. ¡Oh por dios! ¿Se habría dado cuenta que estaba vigilando su puerta? Mis ojos se agrandaron como platos ante la idea.- ¿Tanto te sorprende que me haya levantado temprano Mía?

-No pero…- Ok ¿Qué? “Vio tu rostro tarada”, grito esa molesta vocecita.

-Tú fuiste la madrugadora- luego se reclino sobre la baranda. Me observaba detenidamente. Luego miré hacia donde dirigía “en realidad su mirada”. Me había puesto un vestido ligero, con el objetivo de sacármelo, probarme los vestidos y colocármelo nuevamente, además de que era muy cómodo. La única desventaja era que el color mostaza no me favorecía mucho, pues me hacia lucir naranja, además de su profundo escote. Ya sabrán a donde miraba. Llevaba un chaleco de cachemira blanco por lo que me cubrí más con él. Escuche una nueva risita, esta vez más ronca- Espero que tengan suerte – giño el ojo y luego entro a su cuarto. ¿Fue yo la única que notó el guiño de su ojo? Al parecer era así porque Cloe regresó de lo más despreocupada a la habitación.



Como a las 7 estuvimos listas para partir. Por alguna razón Bastean, Matt y Tyler estaban en la entrada recostados contra el capo de mi auto.

-¿Qué hacen aquí? – chillo Valery

-Primero- dijo Ty con una cara de suficiencia.- vivimos aquí. Segundo no creerán que irán solas a la ciudad ¿verdad?

-No lo creemos- dijo Kate, que llevaba una licra negra y una blusa larga blanca con la imagen de Hello Kitty en frente. Había detestado ponérsela, pero era lo único de mi armario que no la hacía ver… ¿Cómo había dicho? Una más del montón. Su cabello normalmente en puntas y con mechones, estaba peinado y liso. A excepción del maquillaje negro, casi parecía normal, y el término era “Casi”- Lo sabemos.

-Vamos chicas, la ciudad es peligrosa-dijo Matt –además para eso estamos nosotros, para protegerlas- nosotras nos reímos por lo alto.

-Claro, claro-dijo Cloe limpiándose una lágrima que se le escapó del ojo.- nos protegerán de esas vencedoras corruptas que desean cobrarnos un 5% de comisión.- las demás reímos aun más fuerte. Ellos tenían cara de desconcierto.

-Chicas- comenzó Bastean, su voz era totalmente neutra, sin ironía ni diversión, como si estuviera haciendo una proposición o algo así. Todas hicieron silencio para escuchar lo que él tenía que decir.- ¿Qué les parece si llevamos sus compras a cambio de acompañarlas? Además nos aseguraremos que esas dependientas no les cobren de más- su voz melosa y su cara de ángel convencía a cualquiera. Si él te sugería ceder tú alma al diablo, con gusto lo harías, ¿Por qué era tan malditamente perfecto? “Porque lo quieres tonta” grito mi mente.

-No creo que sea una buena idea- le dije. Su cara mostro decepción y… ¿tristeza?

-Además- añadió Cloe cuando vio mi reacción- Ty no puedes ver a Mía con su vestido.

-No me estoy casando-dijo haciendo una mueca.

-Si te llegas a casar, no será conmigo-reí divertida. Los demás me siguieron ante mi broma.

-No, tienes razón- dijo Bastean de pronto. Las risas cesaron y los muchachos lo miraron curiosos. ¿Pensaba rendirse tan pronto? Que decepción.- Hagamos lo siguiente. Vamos juntos a la ciudad. Si me lo preguntan no irán muy cómodas en el auto de Mía- dijo señalando a mi bebé.- Le pediré a Bernard que nos lleve en la limosina. Ustedes hacen sus compras, mientras nosotros vamos por ahí, además Matt debe alquilar un traje ¿no es así? –Éste asintió enérgicamente- Y cuando estén listas vamos por ustedes y cenaremos en algún restaurant. ¿Les parece bien el plan? – Las chicas estaban encantadas con la parte de la limosina y la cena. Eso quería decir que nos habíamos rendido.

Cuando Bernard apareció en la entrada de la casa todos se animaron y subieron a la limo. En cuanto iba a entrar, olvide por completo que había dejado mi bolso en la cocina, por lo que tuve que regresar dentro y recuperarlo. Al salir la puerta de la limo estaba cerrada y Bastean fuera en la entrada.

-¿Qué?- pregunté al darme cuenta de la manera en que me estaba mirando. Como lo había hecho más temprano. Deseo. Mi sangre se calentó y mis mejillas ardieron febriles.

-Esa parte está llena, creo que iremos atrás- ¿Cómo era eso posible?- Además, creo que Matt le pedirá a Kate que asista con él al baile.- Por un momento olvide la primera declaración de Bastean. Wao!! Matt y Kate. Claro ella siempre estuvo enamorada de él y bueno él… de mí. Por lo que era un poco complicada la situación, pero estaba muy feliz de que fueran juntos al bailes y hasta podían llegar a algo más, esperaba que así fuera. Por otra parte, la idea de ir con Bastean solos en la parte de atrás me ponía un poco nerviosa.

-Le… ¿le dijiste a los chicos que no iremos en ese compartimento?- pregunte nerviosa.

-Sí- él comenzó a caminar hacia la puerta del auto- estuvieron de acuerdo. Cloe dijo algo de ¿Por qué no las chicas irían en ese lado y los chicos del otro? Pero…

-¿Pero?

-Le dije que tenía algo de qué hablar contigo.- Ahí estaba de nuevo mi corazón loco por la carrera que se producía en mis venas. ¿Hablar? ¿Ahora?

La verdad sí teníamos que conversar. Todo ese tema del beso, la propuesta a Britt de asistir al baile con él y toda la mierda que se estaba formando en ese momento dentro de mi cabeza.

-De acuerdo- dije casi en un susurro antes de subir a la parte trasera de la limosina.

Dentro la única hilera de muebles estaba tapizada con un fino terciopelo rojo. Nunca había estado dentro de una así que no sabría decir si todas eran igual de lujosas que esta. El piso también era de terciopelo, con suficiente distancia como para que un hombre de 3 metros estirara cómodamente sus piernas. No había ninguno de esa estatura pero… era enorme. ¿Y esa era la parte trasera? Ok, él me había mentido sobre el espacio delantero, de seguro era aun más grande, pero deseaba tiempo conmigo. Eso era impresionante. Además había una pantalla en la pared de atrás con un mini bar debajo. Esto era lujo.

Me deslice dentro y Bastean me siguió. Él toco un botón en el techo de la limo y esta se puso en marcha.

Por un momento permanecimos en silencio, hasta que él me ofreció una bebida del mini bar. Él la abrió y había toda clase de latas y botellas. ¡TENIA BRANDY! Pero claro yo escogí una limonada.

-Y bien –le rete.

-¿Sí?- tenía una extraña sonrisa en su rostro. Hasta ese momento no me había fijado que tenia puesta una camisa verde musgo, con unos jeans negros y unas… ¿convers? Se veía tan informal y sexy que deseaba llorar. Sus ojos contrastaban de una manera maravillosa con el color de su camisa. ¡Y yo con aquel feo vestido amarillo!

-¿De qué querías hablar?

-Ah- ¿eso era lo que había significado el…?- Quería pedirte disculpas- eso no me lo esperaba- se me está haciendo costumbre pedirte disculpas por todo.- rio amargamente.

-¿Olvídalo sí?- también yo me decaí un poco.

-¿Olvidarlo?-preguntó ofendido y sorprendido- Te trate de la peor manera posible ¿y tú quiere que lo olvide?

-Sí. Está bien yo… estoy acostumbrada, creo- la verdad sí, estaba acostumbrada al maltrato. Por mi madrastras, mis hermanastros, mis profesores, mis compañeros y de vez en cuando de mi padre, (solo por estar ausente me dañaba) ¿y que importaba alguien más? Pero con Bastean me había dolido más que con cualquiera de los anteriores.

-No, no, no, Mía. ¿Cómo dices eso? No estás para que otros te pisoteen así como así y yo… me sentí pésimo. Además…- vi como su cara se ponía roja- no debí besarte. O por lo menos no en esas condiciones.

-¿Qué quieres decir?- Entendí a la perfección la primera parte pero… ¿lo segundo que fue?

-Es solo que… una chica como tú… tiene que ser… conquistada, ¿me entiendes?- La verdad no pero…- lo que hice no estuvo bien y me disculpo por eso- él inclino la cabeza en forma de reverencia. A veces olvidaba quien era. Un príncipe y yo una vil mendigo. Además ya había dejado en claro el error que había significado besarme.

-Ya te dije que lo olvides- dije frustrada, deje la limonada a un lado y me recosté contra el asiento. Vi como él golpeaba su pierna y su cara se descomponía, paso sus manos por el cabello- ¿Qué sucede?

-No puedo creer que te pregunte esto pero, ¿Qué significo para ti ese beso?

-¿Significado?- ni yo misma lo sabía- y… ¿para ti?- no pude evitar preguntar.

-Al principio pensé…- PARA ÉL SIGNIFICABA ALGO. Cualquier cosa pero era asi!!- desquitarme mi frustración…- yo lo detuve

-¿De qué hablas? ¿Por qué estabas molesto?

-Por ti. Por Peter. Por mí. – Nunca espere una respuesta como esa. Bastean se recostó hacía delante, colocando los codos sobre sus rodillas y mirando había el mini bar, pero sin verlo en realidad.- Por sentirme…

-¿Celoso?- complete. Él me miro y por más que deseaba tocarlo, simplemente no podía, ahora no.

-Sí. Malditamente celoso- WHAT? Deseaba con tanta desesperación una bofetada y ahí no estaba Kate para dármela y que lograra despertar.- Celoso de Peter- continuo- solo por tenerte tan cerca.

-Sabes que no paso nada, Peter… -quise defenderme, pero en seguida me detuvo. Se acerco a mí y tomo mis manos, con delicadeza empezó a besar mis nudillos. Cada neurona, cada célula se había detenido, todo mi ser dejo de funcionar, porque estaba atrapada en aquel maravilloso momento. En el que éramos solo él y yo, y ahora no estábamos peleando.

-Lo sé- su mirada estaba directo sobre la mía y su voz era ronca y solemne- pero fui un idiota por creerlo así. Y de nuevo te pido perdón. – reuní el coraje suficiente para soltar sus manos y colocar la izquierda sobre su mejilla. Estaba suave y cálida, él recostó la contra mi palma, ese gesto me volvió nada.

-¿Podríamos olvidarlo?- susurre. Él cerró los ojos y luego los abrió nuevamente.

-Solo quiero olvidar la parte fea, la parte en que te grite y te trate tan mal. ¡Mierda! Quisiera regresar el tiempo ¿sabes?- rio amargamente, por un momento yo también lo hice, hasta que su sonrisa se hizo más profunda y diferente- pero no me pidas olvidar ese beso ¿sí?- mis mejillas ardieron y me puse seria.- fue lo mejor de todo.

El mundo se detuvo en aquel instante. Todo lo que recordaba, o… lo que sea, se había esfumado y solo quedaban aquellas cinco palabras. “Fue lo mejor de todo”

-Quiero… -dijo con voz más ronca- Quiero hacer las cosas bien, ahora. Claro si estoy completamente perdonado por ser un príncipe tirano.

-Claro que estas perdonado- reí divertida, ¿Cómo no hacerlo si me había hecho tal feliz?

-Entonces –dijo mientras se acercaba y ponía sus manos en mis mejillas y detenía su rostro a unos centímetros del mío.- Hagamos esto bien.- sus labios pronto tomaron posesión de los míos, así como la mañana del día anterior, las corrientes eléctricas viajaron por todo mi ser, dejando solo el placer y la felicidad en él. De pronto no sentí sus labios, solo me sentía presa de sus brazos. Su olor me embriagaba, como una fragancia exótica que nunca había percibido antes, solo él podía oler tan bien. Empezó a susurrarme, que era hermosa, y que estaba totalmente arrepentido de haber quedado con Britt, pero tenía que cumplir, porque era su deber. Pero que siempre pensaría en mí, y que sería capaz de escabullirse de ella con tal y estar conmigo en el baile.

Estuvimos hablando dos horas, de cualquier cosa, escuela, gustos, hasta hablamos de cómo nos gustaba el helado. Y en un momento él volvió a besarme, y que más me quedaba que disfrutar.

Estaba feliz, pero sobre todo temerosa. De que fuera a despertar en cualquier momento y me diera de cara contra la realidad. Una realidad que veía lejana, pero que estaba ahí. ¿Tanto quería a Bastean como para entregarle mi entera confianza?

La respuesta era... Tal vez.

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