Personas que leen :D

lunes, 23 de mayo de 2011

Prologo

Vera. Catillo de Kent. Propiedad McDragon

-¿Madre es en cerio?- estaba furioso, histérico, rabioso. ¡¡AH!! ¡Mis padres se habían vuelto totalmente locos!

-Es algo que debes hacer hijo.- dijo mi madre con tono formal. Ese que utilizaba cuando hacia alguna negociación, como si yo fuera un cliente más y no su hijo mayor, y futuro heredero.

¿Algo que debo hacer? Por Dios, esto no me estaba pasando a mí. Yo soy Bastean McDragon, príncipe de Verán. Lo único que debía hacer a mi parecer era esperar pacientemente la muerte de mi padre para ascender al trono y por fin reinar aquellas tierras bastas y productivas que eran todas mías, o lo serian pronto. Y ahora mi madre quería que viajara a… América. Ni muerto me harían estudiar con una montón de mocosos incivilizados y mucho menos acatar órdenes de ninguna autoridad. ¿Qué se creían superiores a mi? Pues eso estaba por verse.

¿Cuántas niñeras había espantado ya? ¿Catorce tal vez? Sí, algo así. Nadie había podido jamás controlarme. A menos que se tratara de mi padre.

El rey Derrick McDragon es lo que se dice… el demonio encarnado. Nadie había podido sostenerle la mirada por más de… digamos… ¿una hora? Juro que no me explico como mi madre puro engendrar cuatro hijos con él. Como casi nunca estaba en casa y por consiguiente mi madre tampoco, me era demasiado fácil sembrar el terror en todos los lacayos del reino. Con la excepción de la nana Greeley, esa anciana rechoncha me conocía tan bien, cada travesura y cada mirada picara. A pesar de las bromas que le hacía, cosa que según ella “Atormentaba sus nervios”, era la única que en realidad me quería.

A muchos niño cuando los truenos les asustaban, solían ir al cuarto de sus padres para buscar consuelo, o eran sus padres quienes se levantaba y se quedaban con ellos toda la noche a velar sus sueños… los míos repetían una y otra vez “debes crecer Bastean” ¡¡Rayos!! Como hubiera entregado de tan buen grado toda mi fortuna por alguna palabra de aliento de ellos. Pero por fortuna tenia a mi nana. Y por desgracia mi padre decía que ella me convertiría en un hombre débil. ¡A la mierda si era débil!

-Madre, esto no es nece…

-No hay nada que discutir. Bernard te espera listo a las tres en punto para partir, tus cosas ya están empacadas y listas.- mire el reloj. 2.40pm. ¡¡Diablos!! , ahora si había enloquecido ¿Acaso no iba a despedirme de nadie, ni siquiera de mis hermanas?

Como si las hubiese invocado, tres pequeños monstruos aparecieron en lo alto de la escalera. Lillian iba a la cabeza de una ordenada fila, tenía 14 años y era el terror de la niñera, rubia y con los mismos ojos característicos del linaje McDragon sería sin duda la joven más hermosa de toda Europa, eso era seguro. Monique y Cecile tenía 8 y 4 años respectivamente, de cabello oscuro y ojos verdes, las dos podían pasar perfectamente como gemelas, con la excepción de que Monique era mucho más alta y graciosa, mientras que Cecil era poco más que una bebé. Mis hermanas eran lo único que me retenía en aquel lugar, y por consiguiente, por lo que deseaba quedarme. Pero ahora no podía hacer nada.

-¿Hermano vas a viajar?- pregunto Lilly.

-Su hermano va a estar fuera un tiempo- dijo mi madre sin ningún intento de hacer más fácil que las niñas asimilaran mi partida. A veces dudaba de que existiera un corazón dentro de su pecho.
-No puedes irte- Cecile corrió a mis brazos y comenzó a sollozar- dijiste que me ayudarías a sacar el monstruo de mi armario.

-Lo sé nena pero… esto no lo planee- mire a Monique, estaba furiosa, lo sabía. Sus mejillas estaban rojas y enroscaba un pañuelo de seda en sus manos. Era una costumbre.- Moni- ella me miro con aquellos ojos que conocía tan bien, creo que eso me destrozó más que ninguna otra cosa en el mundo. Podía ser un cabrón egoísta y si, si, tal vez algo rebelde, pero si se trataba de alguna de mis hermanas era pura gelatina. Le tendí mi mano mientras que con el otro brazo sostenía a Cecile, ella corrió como lo hizo esta última y no pude contener una lágrima que se me resbalo.

-Basta ya Bastean, se hace tarde- dijo mi madre golpeando el tacón con el suelo. Yo de mala gana solté a las niñas y al ponerme de pie Lilly se estrello contra mi pecho y comenzó a llorar a mares. ¡Maldición! No podía con tantas lágrimas.

-Prométeme que serás buena, y que no dejaras que esa bruja de Mesteer te encierre, cuida a las pequeñas- le susurre en el oído.- si algo se pone sospechoso no dudes en escabullirte al despacho y buscar a donde rayos me mandaron. De todas manera de escribiré ¿de acuerdo?- ella asintió y besé su frente.-no dejes que te detengan princesa.

-Te lo prometo hermano.- dijo en tono solemne.

-Era una mala influencia para tus hermanas Bastean.- dijo mi madre frunciendo el ceño.

-Eso ya lo sé madre. Pero ellas son más inteligentes que yo. – Ja!! Ellas eran tres y yo era uno solo, esa señorita Mesteer tendría muchos dolores de cabeza con mis monstruos.

-Señorito, señorito- grito la nana, estaba corriendo por el pasillo en dirección a mí. ¿Me pregunto si ella sabía de mi partida?- aquí están unas botanas para el camino, y otras cositas. No me dio tiempo de hacerle algo más elaborado pero espero que le guste.

-Gracias nana- le di un fuerte abrazo- espero que tus nervios se compongan con mi partida.- ella rio un poco y miro a mi madre. Esta le devolvió la mirada, ahora asesina.- Las extrañaré mucho.

Cinco minutos después ya estaba en la Hummer con destino al aeropuerto. Así comenzó un maldito viaje de casi 28 horas con destino… a la nada.

2 comentarios:

  1. Muy bueno el cap!!
    me gussto la nove!
    sube cap pronto!
    que mal que lo separan de sus hermanas :/ me dio cosa... u.u
    pasas por mi blog?? :)

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  2. Que linda nove :), espero que no deje solas a sus hermanas por mucho tiempo :_ al principio pense que era malo, pero despues me di cuenta que no lo es tanto como pensaba ....

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