Personas que leen :D

lunes, 29 de agosto de 2011

Capitulo 26

Mi madre muy cortésmente había pedido a Marie Elizabeth que se marchara, yo le hubiese pateado ese bien formado trasero suyo. Ella me había desarmado por completo. Nunca, ¡NUNCA! No me casaría con ella. Tal vez en un tiempo para mí, ya muy lejano, ese documento del cual desconocía, hubiese representado una gran alegría. Pero no después de haberme aburrido tanto con ella. Y mucho menos teniendo ahora a la que consideraba mi fuerza vital. No, eso era toda una locura. Mía había salido corriendo y yo quería ir tras ella, pero mi madre me detuvo, y tuve que ser un “maldito caballero” y esperar a que las visitas se fueran. Marie le había dicho a mi madre que vendría pronto, y traería a su madre con ella. Era una pesadilla, mientras ella más hablaba, más quería salir corriendo. Si el padre de Marie era un incordio, imagínense una combinación de Cruela Devil, Chuqui y la reina de corazones de Alicia en el país de las maravillas, ¡yupi! Sería fantástico, pensé con el más frio sarcasmo.
Tan pronto Marie cruzo la puerta, yo cruce el corredor hacia el cuarto de Mía, pero al llegar me di cuenta que ella no estaba allí, ¿pero dónde podría estar?

Fui hasta la habitación de Lilly y ella tampoco la había visto, incluso pensó que estaba conmigo, y al aclararle lo sucedido mi linda y tierna hermana cerró la puerta en mis narices. La ignoré, en esos momentos la seguridad de Mía me importaba más que el desdén de mi hermana. Las más pequeñas estaban en el cuarto de juegos con la bola de pelos, fui, pero obtuve la misma respuesta, solo que el portazo no llego, pero sí una mirada por parte de Monique, había veces que parecía mayor de lo que en realidad era, en cuanto a Cecile solo respondió con un “nopi” y siguió acariciando al peludo animal, que por cierto también me miro feo. ¿Todos creían que yo había lastimado a Mía? ¡Eso era lo último que querría!

Revisé cuarto por cuarto y nada, era realmente frustrante. Fui hasta los salones, cada uno de ellos, que eran 5 en total, la biblioteca, hasta las cámaras de los sirvientes, y al llegar a la cocina y preguntar por ella a nuestro cocinero Pietro el corazón comenzó a martillarme como loco, ¿Acaso se la había tragado la tierra? Además, Mía conocía pocas alas del castillo…. ¿Y el bosque? Sentí aun más miedo, la noche había caído de prisa y el prado a lo lejos estaba en penumbras. La única salida que conocía ella para ir al bosque era la principal y la cocina. El guardia de la entrada dijo haberla visto correr, pero no se separó de su puesto, y si Pietro no la había visto salir quería decir que seguía dentro del castillo, ¿pero dónde?

Desesperado y con el corazón a punto de salírseme fui por mi madre para avisarle, en seguida pusimos a todos los sirvientes a buscarla por los jardines. Yo corrí escaleras arriba por un abrigo, la noche era fría y si ella estaba en el jardín tendría frio también.

Al llegar al pasillo me percaté de un olor dulce, como a chocolate, el mismo que impregnaba la cocina, tal vez las niñas fueron por un pequeño refrigerio, pensé. La puerta de mi habitación estaba abierta de par en par, como siempre, entre y en seguida vi el plato con panecillos sobre la mesita que dividía la sala del dormitorio. Fui hasta los panecillos y un sonido capto mi atención.

Mía estaba parada de espaldas a mí y sostenía en sus manos una de las fotos que tenía en una repisa. Fotos de las niñas y una mía cuando era pequeño, la que ella tenía en sus manos. Literalmente pude respirar de nuevo al verla bien, y justo allí. Quise caminar hacia ella, cuando sin querer tropecé con la mesa haciendo un ruido fuerte. Noté como Mía se tensaba al verse descubierta, era tan curiosa e inocente, y cuanto me dolía el corazón por haberla hecho sentir mal, aun cuando no era mi intención, en definitiva no era algo que venía de mi parte, pero me sentía culpable, y miserable.
Ella volteó despacio, sus ojos leonados estaba muy abiertos.

-Bastean- susurro. En seguida dejo la foto donde estaba, caminó rápido para tratar de pasar junto a mí, pero la agarre en seguida por el brazo.-¡Suéltame!

-Mía escúchame…

 -Suéltame o gritaré- dijo entre dientes. Sus ojos estaban brillantes, tenía ganas de llorar. ¡Maldición! Esto era horrible. Yo lentamente la solté, pero le tomé de la mano y la abracé. Algo me dijo que me patearían en… sí, allí mismo. Pero solo la sentí tensarse en mis brazos y aumentar el sonido de sus sollozos a medida que el tiempo pasaba. Gracias al cielo no se alejó, eso me hubiera destruido aun más.

-Mía, mi cielo, mi princesa, tienes que escucharme- ella seguía sollozando, pero no dijo nada- voy a arreglar todo esto, nunca me casaría con esa lunática, tienes que saber toda la basura que dijo.-Tome su cara entre mis manos y con los pulgares sequé sus lagrimas, odiaba verla llorar, esos ojos que tanto amaba no podían derramar lagrimas, menos si el causante era yo.- Mírame, princesa, yo te amo, aprendí a amarte y a necesitarte como el aire para respirar, como el agua para vivir, todo este tema del documento ese lo resolveremos, te lo prometo.- ella se alejo de mí y se paso la mano por los cabellos con frustración.

-Bastean esto es un error- dijo casi en un susurro.

-¿Qué es un error?

-Todo esto, tu, yo, nosotros, es solo un maldito sueño que quise creer se haría realidad- pude ver el dolor en sus hermosos ojos, ¿De qué estaba hablando? – Tú eres un príncipe, esa tal Marie Elizabeth debe ser alguien importante y tu familia la quiere. Yo por mi parte soy solo una chica cuya familia está rota y no tengo mucho. Además tú estabas comprometido con ella… No, estás comprometido según sabrá dios que documento. ¿No crees que sea una señal? ¿No crees que esté pasando esto por alguna razón?

-Mía, esto es solo un mal entendido. Yo te amo y es contigo con quien deseo casarme. Ella estuvo engañándome durante dos años, haciéndome creer que era recatada y sumisa, a ella la engañó mi tía William. Él es el único culpable, es un codicioso y si lo que imagino es cierto saldrá beneficiado de algún modo si me llegase a casar con Marie, pero no pasara, porque no lo haré. –Me acerqué con cautela- No pienso que esto sea un error, al contrario, es la mejor cosa que me ha pasado.

-Bastean… eres la única cosa buena que he tenido y de verdad – ella se puso delante de mí, y puso una mano sobre mi mejilla, yo cerré los ojos disfrutando su tacto cálido y dulce.- Te amo.- Abrí los ojos.

- También te amo- la atraje hacia mí- te prometo que resolveremos esto, tu y yo nos casaremos y seremos felices.

-En cuanto a eso…no estoy segura de querer casarme todavía.- esa aclaración fue como un balde de agua fría.

-¿Por qué?

-Es solo que, hay tantas cosas que quiero hacer primero. Ir a la universidad, tener un empleo, y no de medio tiempo, uno real, quiero viajar por el mundo, y no digo que no podamos hacerlo juntos, solo digo que tenemos mucho tiempo para hacerlo- ella me sonrió tiernamente, yo estaba estático, pensé que querría casarse de inmediato en cuanto se lo propusiera y por desgracia me equivoque. ¿Pero que esperaba yo? Así era la muchacha que amaba, sincera, practica, soñadora, y sobre todo tenía un enorme deseo de libertad ¿Quién era yo para cortarle sus alas? Tenía razón en una cosa, juntos podíamos hacer todo eso y más, no había prisa, ¿pero porque yo sentía que teníamos tan poco tiempo?- Además-continuo ella- No quiero que esto sea solo un amor de verano, quiero que sea para siempre. Aunque tú seas un príncipe y yo no sea una princesa. Quiero estar contigo, en las buenas y en las no tanto. Pero necesito que estés allí conmigo. En casa pensé que podría tener todo eso- luego se alejó y me dio la espalda mirando a la nada- Pero aquí tú eres otra persona, tienes responsabilidades, y tienes un país que gobernar algún día- volteó y me miró- no quiero ser un obstáculo o un estorbo, y definitivamente no quiero escucharte decir algún día que te arrepientes de haberte casado conmigo.- yo fui directo hacía ella y le abrace. Yo estaba a punto de llorar… ¿Cómo era posible que ella pensara eso de mí? Luego pensé, Mía siempre decía tener una familia rota, con un padre que no estaba, una madrastra que la odiaba, un hermanastro animal y otro que era bueno, pero estaba corrompido por la maldad de su madre. Tenía miedo, y yo también. Quería lo mejor para ella, y si lo mejor era esperar un poco, por mi estaba bien, pero seguía sintiendo esa ansiedad, como si algo me gritara que no la dejara escapar, que era ahora o nunca, sin embargo ella seguía teniendo la razón, y se haría como ella así dispusiera.

-Nunca me arrepentiría de unirme a ti Mía- ella solo estaba allí parada, yo volví a tomarle de las manos.- Pero tienes razón en una cosa, tenemos mucho tiempo por delante y juntos superaremos este pequeño inconveniente.- ella sonrió y luego se puso de puntillas y me dio un ligero beso en los labios. Luego se puso nuevamente seria.

-Bastean… Nunca digas nunca. -Ella se abrazo a mí.- Solo digamos que resolveremos esto, y que todo será como antes.

-Me parecer bien- la tomé por la cintura y le di un beso, pero no como el que ella me había dado hace rato, sino uno que le transmitiera todo mi amor, y con la promesa que “nunca” la alejaría de mí, pero claro no diría esa palabra en voz alta, muchos le dijeron que “nunca” se irían y ahora ya no están, nuevamente entendía su miedo.

-Tengo que ir a mi habitación, hoy ha sido un día… excelente al principio, y luego… obviemos la ultima parte- dijo una vez nos separamos.

-¿Quiere que te acompañe?- Bien… yo realmente deseaba hacer más que acompañarla pero… ella lo captó en seguida y sus mejillas se tiñeron de rojo. Al igual que las mías. Esa mañana había sido la cosa más increíble del mundo. Ante ese recuerdo todo mi cuerpo se tensó y se puso en alerta. Ella tenía ese efecto en mí, que puedo decir.

-No- dijo rápidamente- estaré bien ah…- tartamudeo, he hizo señas con el pulgar hacia la puerta- me voy. A dios.- y antes de salir al pasillo regreso corriendo hasta donde estaba yo y me dio otro beso en los labios. ¡Wouuu!- Te amo- dijo y salió corriendo. Yo solo me eché a reír, y miré los panecillos que ella había dejado en la habitación. Solo conocía a alguien que hacia esos pastelillos de chocolate, y ese era el mismo que había dicho que no la había visto. Tendría una interesante conversación con Pietro, pero mañana.

-También te amo princesa- dije a la nada, antes de encaminarme en busca de mi madre, debía avisarle lo de Mía, y la necesitaba como abogada.


Una vez en mi habitación fui recibida por una histérica Madeleine que parloteaba una y otra vez en francés, luego al inglés, y nuevamente al francés.

Yo la verdad seguía dándole vueltas a todo el asunto del documento que Marie Elizabeth había hecho referencia. ¡Maldita mi suerte! Y ahora me estaba sumiendo en un estado depresivo. ¿Dónde estaba la Mía fuerte y valiente que siempre había sido? ¿A la que nada ni nadie podía pisotear? Al parecer se quedo en casa.

-¿Qué dice señorita?- dijo la muchacha, al fin había dejado de hablar como una mamá gallina.

-¿Disculpa?

-¿Ni siquiera estaba escuchando lo que dije?- miro ceñuda.

-Lo siento, estoy pensando en otra cosa. Además mi cerebro tiene un novedoso dispositivo que elude cualquier frase que parezca un regaño.- sonreí. Traducción: “Te estaba ignorando Maddie”

-Ya veo. Le estaba diciendo que de verdad nos preocupamos muchísimo por usted, luego le pregunté donde había estaba y que si deseaba usar para la cena- suspiró.

-¿Se preocuparon? – eso me sorprendía. NADIE, con la excepción de Lulú, y claro mis amigos, se había preocupado de mi bienestar. Siempre era yo la que ejercía ese rol, era lindo sentirse de esa manera, aun cuando solo llevaba un día en el castillo. ¡Y qué día!

-Claro que sí- dijo ella mientras se sentaba en la cama a mi lado. Yo estaba recostada con un portarretratos bastante viejo en las manos. Era ovalado y de color bronce, en ella había una fotografía de mi madre y yo en blanco y negro. Yo tendría unos dos años cuando fue tomada. Ella me sostenía en brazos, se veía tan feliz, ella llevaba puesto su vestido de puntos favorito, era viejo ya cuando tomaron la foto, yo tenía un vestidito color blanco, con un cintillo en mi cabecita oscura. Amaba esa foto. La había llevado conmigo a Vera, necesitaba llevarla, para recordarla, su bella sonrisa, recordar como con un simple abrazo hacia que toda la tristeza se fuera, ahora la necesitaba más que nunca.

-Pero si apenas me conocen, ¿cómo es eso posible?- pregunté pasando mi manos por el portarretratos, podía incluso contar con los dedos las personas que se preocupaban por mí.

-Señorita, todo estamos de acuerdo con que nunca habíamos visto al príncipe tan feliz, y para que suceda una cosa así, la persona debe ser realmente valiosa. Yo misma lo he comprobado. – Ella me dio unos golpecitos en la mano.- Escuché lo que pasó hace rato, no es nuevo oír algo así.

-¿A qué te refieres?- pregunté confundida.

-Prométame que no se lo dirá a nadie, por favor.

-Te lo juro.

-Bien. Desde hace unos tres años los sirvientes y yo hemos estado escuchando sobre un compromiso del príncipe, todos supusimos que sería con la señorita Whitehouse, pero al parecer no fue ella la única que pusieron como candidata, al parecer la señorita Romina Fietieri también, pero según el jardinero el príncipe la rechazo cuando esta se le confesó. Luego vino la señorita Whitehouse y el señorito quedo prendado por ella- ante eso tuve una punzada de celos.- mientras salían sé, que el señor William le dio ciertas instrucciones a la muchacha.

-¿Cómo lo supiste?- pregunté

-Porque yo estaba ahí, aunque ninguno de los dos me vio, por casualidad me encontraba en el estudio limpiando cuando ellos entraron, me refiero al señor Whitehouse, la señorita y el señor William. Algo curioso que escuché fue que el señor William es padrino no solo de la señorita Whitehouse sino también de la señorita Fietieri. Cuando lo escuche no pude creerlo, es como una especie de conspiración o algo así. ¡Hay señorita! esta información era muy importante que usted la conociera, no sabe las cosas terribles que puede hacer el señor William para poder quedarse con el trono.

-¿Te refieres a que no es la primera vez que intenta quedarse con él?

-No. Lo ha intentado hasta el cansancio, y me temo que usted es el talón de Aquiles del príncipe. Cuando usted desapareció todos nos quedamos con el Jesús en la boca. Pero gracias al cielo está usted bien.

-¿Maddie, crees que me encuentre en peligro estando aquí?

-Mientras la señora esté en el castillo estará usted bien, pero no sabemos cuánto tiempo será eso. El rey no regresa sino dentro de tres semanas, y mientras él no esté… el señor William nos quiere amedrentar a todos como si fuese el rey.

-¿Bastean sabe esto?

-En parte, solo que su tío es malvado, pero no lo de que es padrino de las señoritas nobles.
¡Maldicion! Esto estaba de locos. Ese Tío William era un lunático. Yo estaría pendiente de todo lo que pasara. ¿Pero porque no se lo decían al rey? Claro, era su hermano, pero la reina me había dicho que su esposo no confiaba en su hermano, ¿y cómo diablos seguía entrando al castillo?

-Gracias por decirme esto Maddie. Otra cosa… ¿crees que fue William y no el rey el que mando a Bastean a EE.UU?

-No lo creo, sin embargo fue bueno que el príncipe se alejara un rato de esta locura. Las chicas no saben nada de todo esto, pero todos los sirvientes estamos al pendiente por órdenes de la reina, así que ahora usted también debe estar atenta señorita.

-Así lo haré. Y por cierto… estuve todo el tiempo en la cocina… y… no quiero bajar a comer… todo esto me tiene algo aturdida.

-Está bien señorita Mía. Y… le daré un consejo. Pasé lo que pasé, si usted ama al príncipe… no lo deje.- yo solo asentí y ella salió de la habitación.

¿Cómo rayos había acabado en todo este rollo de las traiciones? Me dolía la cabeza… solo deseaba descansar un rato y procesar toda la información… mi primer día en Vera y se había convertido en toda una tragedia griega.

Solo espero que toda esta locura pase… y pueda tener mi “felices para siempre”.

6 comentarios:

  1. me encanto guau no solo genial magnifico perfecto espontaneo y lleno de emociones!! Nats y Mandy las 2 son artistas su historia un día de estos me va a dejar muerta por tanto que tiene amor, traición, felicidad, tristeza compromisos y un luigi!! jajajaj esta genial amo el capi amo a Batean es divino y porfa publiquen pronto

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  2. Wow, lindo blog :)
    Te sigo y te leo de cerquita.
    Una invitación a los míos:
    http://globosagua.blogspot.com
    http://tresmariposasymedia.blogspot.com

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  3. Awwwwwww!!! muchisimas graciias... Aclaro: LA historia es solo mía, pero graciias a Nath este blog se ve tan lindo $:, yo no lo sabia editar... ella es por decirlo de alguna manera el contacto mas cercano :D Pero muchas graciias x seguir la historia... :D

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  4. Wow mucho por leer sobre los capítulos!
    Te sigo ♥

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  5. Hola!!! viendo otros blog's he llegado hasta este
    y me ha gustado! asi que a partir de ahora tienes otra
    seguidora =D
    te dejo el mío por si te quieres unir o por si tienes
    un ratito para echarle un vistazo
    http://setratademirincon.blogspot.com
    Un saludo!! ^^
    PD: me gustó el nombre de tu blog, yo estoy más en el lado de los sapos que en el de los diamantes jejeje qué desgracia!!!

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  6. graciias x los comentarioos <3 __ <3

    _LittleSigh_ me gusta tu blog ya me pase por alli (: ya t sigo...
    El blog es de una novela q stoy escribiendo, su nombre es algo curioso...
    Segun los cuentos si besas un sapo se puede convertir en principe... pero no parece tan agradable como suena...
    Asi es el titulo de la historia: Los Sapos representan la parte fea de la vida, la malcriades en este caso de protagonista y los malos tratos... los diamantes son hermosos, y pueden hacerte feliz, esa es la parte bonita, la alegria, el amor, todo eso que necesitas... pero para conseguir todo eso necesitas luchar, poner todo tu esfuerzo en hacerlo realidad.. (:

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