Personas que leen :D

lunes, 30 de mayo de 2011

Capitulo 3

La habitación que me habían asignado era realmente impresionante, con todos esos colores la hacía muy acogedora. Luego de desempacar tuve tiempo para apreciar un tranquilo atardecer antes de prepararme para la cena.

Los últimos rayos naranjas y dorados bañaban majestuosamente las casas y edificios. Podía ver desde el balcón el muro que separaba Wraes Ville del bosque circundante, a unos 250km de la gran ciudad. Pensar en que había salido de una muralla, en contra de mi voluntad claro está, para meterme en otra igual.

-Hora de comer- escuche gritar desde las escaleras.

Salí al pasillo cerrando la puerta cuando escuche una exhalación. En el pasillo estaba el chico de cabellos negros que había bajado con Mía aquella tarde.

-Wuao- dijo el chico, Tyler, creo.

-¿Vas a algún baile de etiqueta?- pregunto el chico con cara de fastidio y cabellos castaños.

-Es un traje para bajar a cenar- dije con total normalidad. Di una mirada al atuendo casual de ambos chicos, camisetas y pantaloncillos, ¡Hasta calzado de baño traía Tyler! En ese momento comprendí que tenía que haber preguntado antes, pero era tarde para cambiarme y estaba hambriento. Una risita ahogada sonó en la garganta de Mathew, mientras que Tyler echaba una nueva mirada a mi traje de etiqueta blanco.
 
El comedor era muy espacioso. Una mesa rectangular y ocho sillas dispuestas en sus respectivos lugares estaban hechas de una madera caoba brillante, lo único de separaba la cocina del comedor era una vitrina en la que se exhibía un exquisito juego de platos de cerámica y copas de cristal. Estaba tan absorto en los intrincados diseños de la cristalería que no escuche como se acercaba alguien a mi espalda.

-Eran de mi madre- la dulce voz de Mía hiso que me diera la vuelta de golpe y casi tropezara con ella. Dio un traspié hacia atrás pero se incorporo en seguida.

-Son hermosos- en realidad no estaba hablando de las copas. Luego caí en cuenta de que había dicho “Eran”, y casi en ese mismo instante pregunté- ¿Eran?- no pude detenerme.-Pensé que Coco era…

-¿Mi madre?-  sonaba divertido cuando ella lo decía. En realidad no había ningún parecido en ellas. Pero no siempre los hijos se parecían a sus padres.- No. Es la esposa de mi padre.- al mencionar a su padre note un eje de tristeza en sus ojos. - ¿Tienes hambre?

-Sí- dije casi automáticamente. Ella rio bajito. Era como escuchar las campanillas de los móviles de viento, tan suave y armonioso.

En la gran mesa ya estaban varios de los chicos que vivían en la casa, sentados en la mesa con la excepción de los chicos rubios, pero solo un entro.

-Lulú no comeré esto- se quejo uno de los chicos devolviendo el plato al mesón del comedor. Tenía unos 13 años más o menos- tiene muchas vegetales- dijo refiriéndose a la ensalada.

-Phill se supone que la ensalada lleva vegetales- dijo Mía en tono de fastidio.

-No si yo quiero- hizo un nuevo mohín. Empezó a sacarle la lechuga cuando se rindió y lanzo el plato sobre la mesa. El plato se volcó y toda la ensalada se rego en la mesa, el arroz y el pollo cayeron al piso. Mía pareció no inmutarse en lo absoluto. En una situación normal, la persona a cargo (en este caso Mía) debería enojarse y reprender al niño, pero ella estaba sentada en la mesa comiendo su cena. Los demás tampoco hicieron nada para reprender al jovencito. Lulú movió la cabeza negativamente mientras iba por un trapo de cocina, pero hasta que el niño no diera un último grito y se alejara ella no entró en escena para recoger el desorden. Yo observe con los ojos como platos la calma reinante en aquel momento, solo se escucho un suspiro por parte de Tyler, al parecer había disfrutado de su comida. Mía se levando con su plato en mano, no había comido lo suficiente, luego sus hermosos ojos se posaron sobre mí en un lastimero “lo siento por eso” pero a mi parecer eran tal vez un “esto es siempre”

Lulú se acerco con un plato en su mano y me hizo seña para que tomara asiento donde mejor me pareciera y tomara de los cuencos de alimentos dispuesto a lo largo de la mesa. Después de esa demostración de tolerancia excesiva me senté a cenar. Una conversación vana era lo único que rompía el silencio, algún herido, el clima, nada interesante. Mía se disculpo mientras salía de la cocina hacia las escaleras. Pareció que había estado observándola mucho tiempo pues alguien hizo un comentario y solo alcance a escuchar la respuesta del mismo.

-Ella debería golpearlo de una vez por todas – dijo Valery mientras se comía una rama de alcachofa horneada.

-¿A quién? – al hacer la pregunta no me había dado cuenta de que lo hice en voz alta.

-A Phill por supuesto- dijo Cloe- ese chico es un irrespetuoso, y Mía siempre reacciona de ese modo ante una de sus rabietas. Él lanza la comida o lo que sea, se hace la fuerte y va a su habitación un momento después, la verdad es que deseo golpearla a ella.

-No comprendo cómo es que lo tolera- dijo Tyler- yo lo hubiera azotado desde hace mucho tiempo.

-Hay pequeños detalles que están olvidando- dijo Mathew mientras jugaba con su plato- Coco le quitó autoridad a Mía sobre ese niño, qué más quisiera Mía que enseñarle modales, pero le es imposible con la cocodrilo de por medio. La verdad es que ella no es capaz de reprenderlo por la simple razón de que Phill luego de esto ira a la habitación de Mía y se disculpara con ella, pero luego lo hará otra vez y ella lo volverá a perdonar. Cuando se trata de ese chico ella es muy débil.

El silencio se hizo algo incomodo, al parecer Mía no solo estaba llevando una casa prácticamente sola, sino que además estaba a cargo de un niño manipulador y altanero. En mi país simplemente se les daba un tirón de orejas o unas palmadas en el trasero para que entendieran, pero en este lugar los niños tenían el control.

-¿Su madre no hace nada al respecto?- pregunté curioso.

-¿Coco?- pregunto Cloe- Para nada. Ella solo dice: No es tu hijo chiquilla tonta no tienes que decirle lo que debe hacer- dijo ella imitando la voz chillona de Coco. Todos rieron.

Un rato después los chicos recogían los platos y las chicas lavaban. Como era mi primer día me salvaba de la tarea, había dicho Cloe, pero al día siguiente me tocaria ayudar. La verdad es que nunca hizo falta mi ayuda en mi propia casa, no por el hecho de no saber hacer algo, sino porque cada uno tenía una tarea en la que ocuparse y solo el no hacer nada era mi tarea. Realmente no era un  vago, pero tenía tiempo libre, mucho tiempo libre. ¿Quién querría a un chiquillo correteando por ahí mientras todo el mundo trabajaba?

Todos fueron a sus respectivas habitaciones, mientras las chicas se quedaban en el segundo piso, los chicos y yo seguimos subiendo las escaleras hasta nuestro propio piso.

-¿Hey Matt jugamos Neft for Speed en mi cuarto?- dijo Tyler golpeando a Mathew en el hombro.

-Amigo me debes diez dólares del último juego ¿recuerdas?

-Limpiare tu habitación gratis si pierdo ¿vale?-Los chicos entraron al cuarto de Tyler- ¡Hey principito!- me di la vuelta sorprendido ¿ya tenía un apodo?

-Mi nombre es Bastean- dije indignado, o pareciendo indignado.

-Lo sabemos pero Bastean es…estirado-dijo Mathew- él es Ty y yo Matt, ves es sencillo.- luego de su innecesaria explicación pensé un poco en un sobre nombre bueno.

- La verdad es que no tengo ningún apodo. Todos en Vera me llaman señor o príncipe Bastean-dije un poco desanimado.

-Bien entonces serás principito para nosotros.- rió Tyler por lo alto.

-¿Tienes novia principito?-pregunto Matt ahora sin cara de fastidio sino con una enorme sonrisa en la cara.

-No- dije de tajo.

-¿Eres Gay?- pregunto Ty.

-¡¡NO!!-dije exasperado, ellos rieron más alto aun.

-Bien, bien basta y sobra con uno en casa…-estaba diciendo Matt.

-¿Matt eres gay?-pregunte ruborizado hasta las orejas.

-Rayo viejo no digas eso, arruinaras mi imagen con las chicas. Es mi amigo aquí presente el que suspira cuando mira revistas Play Boy- Tyler estaba totalmente rojo. Le dio un puñetazo a Matt en la nuca y este lo persiguió hasta su habitación donde lo derribo de una patada.-¡¡Basta, basta!!-grito Matt.

-¿Ahora quien es la gay viejo?-dijo Tyler enojado, pero divertido al mismo tiempo.

-Sigues siendo tú.-ambos rieron y se siguieron golpeando- en cuanto al juego… ¡hey principito! ¿Te nos unes?

-¿A las luchas o al video juego?- pregunte con sarcasmo.

-A ambos. De todas maneras pelearemos mientras jugamos así que si escuchas algún crujido en el piso o un golpe tienes tres opciones que considerar. La primera estamos jugando Xbox o Ty se está dando…- Ty lo golpeo de nuevo- o quizás sea yo con alguna de mis nenas.

-¿Tienes novia?-pregunté a Matt.

-No- fue Ty el que respondió- Aquí mi amigo suspira por la dueña de la casa.

-¿Por Coco?- pregunte asqueado. Tyler estallo en carcajadas mientras que Matt lo golpeaba en el brazo haciéndolo rodar.

-¡¡No!!- Matt hizo como si tuviera arcadas.

-Es Mía la que lo trae como perrito faldero a este pobre infeliz- “eso no es cierto” gritaba Matt mientras yo cerraba la puerta y les gritaba un adiós a ambos chicos. La verdad estaba muy cansado y lo único que realmente deseaba era tumbarme en esa cama enorme y dormir. Caminado por el pasillo rememoré las palabras de Tyler. ¿A Matt le gustaba Mía? Y… ¿a ella le gustaba él?

No tenía fuerzas para pensar en aquellos momentos. Entre en la habitación a oscuras. La única luz provenía de la ventana y de la puerta de vidrio, ahora cerrada que daba al balcón. Como si de un hechizo se tratase, fui hasta la puerta y salí para tomar aire, la luna estaba en lo más alto del cielo, llena en todo su esplendor. La noche se desplegó sobre las casas y edificios de la misma forma en que lo había hecho el crepúsculo hacia unas horas.  Me recosté en el barandal de mármol, frio al tacto, cerré los ojos para disfrutar de una tranquilidad apacible. Cuando un sonido sordo me saco de mi ensoñación, era como si alguien estuviera golpeando un lápiz contra algo. Me incline hacia abajo y vi el balcón más largo que había justo debajo del mío.

La luz de la luna bañaba la figura de una joven sentada de espaldas a la baranda. Mía estaba golpeando su bolígrafo contra una libreta apoyada en sus piernas, no lograba leer lo que escribía pero tenía la hoja casi completa. Llevaba un pantalón largo y una franelilla y sobre sus hombros un chal ligero. La noche era fría para no llevar bien abrigado los brazos, pero ella parecía tan relajada y serena que no quise molestarla.

Un gato blanco y rechoncho llego a sus pies. Ella acaricio al animal mientras este ronroneaba de placer, por un momento desee matar a ese animal y por otro deseaba ser él. ¿Qué diablos me pasaba? ¿Era ella alguna especie de droga o algo parecido?

Esa pequeña pelirroja era tan condenadamente atrayente, casi como una polilla que es atraída hacia la luz. Yo era la maldita polilla. Golpee furioso el mármol haciéndome daño en la palma. Ella pareció escucharme pues levanto la cabeza haciendo que todos sus risos le cayeran en cascada por su espalda, en aquella oscuridad su cabello parecía negro y su piel pura porcelana.
-Hey- saludo ella poniéndose en pie.- ¿Estás bien?

-La verdad no lo sé- dije esperando su respuesta. Ella entró a su habitación. ¿Había dicho algo indebido? Me asome para ver si seguía allí o si había apagado la luz, pero todo estaba igual con excepción del gordo gato y que ella no estaba. Un golpecito en la puerta llamo mi atención. No, pensé extrañado, no podía ser... Camine rápido, o mejor dicho corrí hasta la puerta antes de terminar ese pensamiento. Mía estaba en el pasillo con su pijama, pantuflas y una bata cerrada color negra.

-¿Te hiciste daño?- pregunto ella, en su mano tenía una especie de botiquín.

-¿Te preocupas por mí?-pregunté sorprendido, apenas y habíamos cruzado palabra y ella ya me estaba cuidando como a su mejor amigo, eso me reconforto un poco.

-¿No debería? Escuche un golpe fuerte-dijo ella con decisión- ¿puedo revisarte?

-¿Eres paramédico?- me aparté de la puerta para que ella pudiera pasar, paso prendiendo la luz del cuarto, conocía donde estaba cada cosa al parecer. Tomo una silla que no había notado de un rincón cerca de un escritorio, tomo asiento y prendió la lámpara de noche.

-No lo soy-respondió ella.- pero siempre me ah tocado curar a los chicos de esta casa, algún raspón o golpe.- yo me senté en la cama. Aquella imagen de nosotros dos solos en mi habitación me había puesto algo tenso. No era un niño inexperto con las mujeres, pero había algo en ella que…

-Parece que cuidas a todos aquí-dije cortando de raíz ese pensamiento por uno un poco más seguro.

-Tal vez- le tendí mi mano para que ella la examinara. No me había dado cuenta de lo lastimada que estaba, las piedrecillas adheridas al mármol habían raspado mi palma derecha haciéndola sangrar. Ella saco de su maletín un poco de algodón y un liquido amarillo de un frasco para mojar el algodón. – Esto puede que te moleste un poco pero será solo un momento.

-Eso dicen de las inyecciones y aun así son terribles- ella rio bajito. Era música para mis oídos. Mía limpio mi palma con el algodón, dolía horrores, pero no me comportaría como niñita y menos frente a ella. Sus manos estaban tibias y suaves. El dolor desapareció por completo cuando ella me miró. La luz dorada de la lámpara dejaba ver en detalle sus ojos castaños. Me tenía hipnotizado, tarado, bobo… al parecer ella tampoco se había percatado del tiempo que estuvimos mirándonos pues cuando aparto su mirada se sonrojo un poco, se veía tan dulce cuando lo hacía. Busco una gaza y la puso en mi palma.

-¿Estás mejor?- pregunto soltando con delicadeza mi mano.

-Aja- fue todo lo que logre articular.

-Bueno… me voy- cerro su maletín, apago la lámpara y se levanto apresurada- Buenas noches Bastean.- una vez en la puerta ella se dio la vuelta y me sonrió. Mi nombre en sus labios era el néctar más dulce.

-Buenas noches doctora Taylor.- ella se río y salió.- Buenas noches ángel mío.- susurre cuando estuve seguro de que ella no me escucharía.

2 comentarios:

  1. Aw excelente entrada, como siempre :)
    Te quería avisar que ya hay una nueva entrada en mi blog y te invito a leerla y comentarla:
    http://www.evilsenses.blogspot.com/
    Ya te estoy siguiendo desde hace rato, por favor seguíme, no perdamos la oportunidad de seguir visitándonos!
    Saludos! :D

    - Juan -

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